Un Estado manejado por beneficiarios y descendientes de la tiranía colorado-policial-militar encabezada por Stroessner, con características históricas vinculadas al terrorismo y al fascismo, mantiene siempre en su agenda la anulación –a través de la muerte y el encarcelamiento– de quienes luchan por una nueva sociedad, convirtiéndoles en potenciales presos políticos o que sus nombres sean esculpidos en lápidas funerarias. Prueba dolorosa de ello son los 150 dirigentes campesinos asesinados (por policías y sicarios) luego de la caída de Stroessner y los seis campesinos encarcelados desde hace aproximadamente catorce años, entre otros.
La lucha por la recuperación de las tierras mal habidas (alrededor de 8 millones de hectáreas), invadidas mayoritariamente por policías, militares y caudillos colorados -quienes hoy se presentan como “exitosos” terratenientes- ha llegado a conseguir la formación de muchos asentamientos florecientes, así también ha logrado desenmascarar a este Estado que emplea toda su inescrupulosa maquinaria de terror contra la toda organización popular criminalizando y apresando de sus líderes.
Los seis dirigentes campesinos, hoy devenidos en presos políticos, han osado asumir un compromiso social y político para construir una sociedad con justicia social; es decir, una sociedad nueva, mejor y por lo tanto diferente a la consolidada por este modelo de Estado que propicia, defiende y agudiza la desigualdad social. Precisamente esa osadía les valió una condena a 35 años, tras aprovechar un crimen para sostener la supuesta responsabilidad de los mismos y de esa manera justificar la injusta doble condena de encarcelarlos (empleando el aparato judicial) y presentarles ante la sociedad como criminales (a través de los medios hegemónicos).
Hoy en día, luego de comprobarse las innumerables violaciones de la legislación paraguaya para retenerlos en la cárcel, retumban de manera más fuerte las palabras de los seis campesinos presos políticos: “Si hemos sido responsables del crimen que se nos atribuye, ¿por qué recurrieron a la violación de tantos derechos para condenarnos y no operaron conforme a las leyes vigentes? ¿Por qué no presentaron pruebas y por qué tuvieron que emplear testigos falsos para condenarnos?.
En este 17 de abril, día internacional de los/as presos/as políticos/as, como Plataforma Social de DDHH, Memoria y Democracia, sostenemos la imposibilidad de avanzar en Derechos Humanos y, por lo tanto, en democracia mientras existan presas y presos políticos. Sostenemos que los que luchan por una sociedad mejor deben estar en su comunidad y no en la cárcel.
¡Libertad a los/as presos/as políticos/as!
¡Libertad a los Seis Campesinos!